Christian López Manzano
La Universidad Rey Juan Carlos, en colaboración con la Asociación Psicoanimal y el Hospital 12 de Octubre y, ha demostrado con el proyecto ‘Huella de Colores’ que la terapia asistida con perros puede reducir el dolor, la ansiedad y el estado anímico de los pacientes pediátricos. El estudio se lleva a cabo desde hace dos meses y se ha centrado en niños y adolescentes ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital 12 de Octubre.
Hoy, 19 de marzo, el proyecto conjunto se ha presentado a los medios y comunidad en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Durante su duración se han explicado las ideas e intenciones del estudio además de los avances que se están consiguiendo con los pacientes a los que, tras la presentación, se les ha visitado junto a sus familias para realizar una demostración de las actividades que llevan a cabo durante las sesiones de terapia. Al acto han asistido importantes personalidades de la comunidad universitaria y sanitaria como la Decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la URJC, Carmen Gallardo Pino, el Consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, o Dra. Carmen Martínez de Pancorbo, Gerente del Hospital Universitario 12 de Octubre.
Durante la puesta en práctica de ‘Huellas de Colores’, a cargo de la Cátedra Institucional de Investigación Animales y Sociedad de la URJC, se han hecho 23 visitas a 15 pacientes con una edad media de 14 años que habían sido intervenidos quirúrgicamente o tenido complicaciones en la evolución de su enfermedad. Para ello, se ha utilizado un perro rescatado de situación de abandono, recuperado y posteriormente entrenado, que realizó una visita inicial de reconocimiento de la Unidad antes de iniciar la terapia, para comprobar su adaptación al medio, comportamiento e implicación en estas circunstancias.
Según el estudio, todas las intervenciones han sido realizadas por Zenit, un Golden Retriever de 6 años que, una vez por semana, visita la Unidad e interactúa con los niños previamente seleccionados por los profesionales sanitarios durante dos horas, supervisado en todo momento por psicólogos y técnicos en intervenciones asistidas con animales.
Los resultados obtenidos hasta el momento evidencian diferencias significativas positivas antes y después de las intervenciones con los animales, como disminución del dolor de hasta tres puntos —según las escalas habituales de medida de esta variable—, reducción del nivel de ansiedad y otros síntomas asociados a la patología. Según los expertos, se trata de una intervención que aporta a los niños un ‘respiro terapéutico’ durante la hospitalización a través de las emociones positivas que generan los perros ya que focalizan su atención en otro ser vivo que es cariñoso y cálido, y les permite expresar sus emociones y olvidar el motivo de su ingreso en el hospital.
Este tipo de terapia no se utiliza en ningún otro hospital del país, aunque existe experiencia en centros estadounidenses e italianos, como el Hospital Capedale Pediátrico Mayor de Florencia que mantiene un programa de intervenciones asistidas con animales en la UCI desde hace diez años.