Raúl García Hémonnet
El estudio, publicado en la revista British Food Journal, aborda cómo la Generación Z adopta prácticas de consumo sostenibles en sus experiencias de turismo gastronómico. Este estudio ofrece nuevas perspectivas sobre el impacto que los jóvenes tienen en la configuración de tendencias de consumo más responsables, al tiempo que destaca la importancia de la sostenibilidad en las decisiones turísticas y alimentarias.
Para Alicia Orea docente del departamento de Economía de la Empresa y tecnóloga social para el turismo regenerativo e interseccional, este premio supone “supone una valoración positiva de un trabajo realizado juntamente con la Universidad de Girona”. Y añade que el jurado ha valorado “que el estudio tiene una parte aplicable a la realidad y da claves sobre cómo se puede mejorar el consumo de alimentos en el ámbito turístico de cara a promover la sostenibilidad”.
Sostenibilidad, transparencia y conexión con el entorno
A la generación Z, como a las anteriores, le gusta comer bien pero tienen muy en cuenta aspectos como la sostenibilidad de la producción de la gastronomía que consumen, la transparencia en el proceso de elaboración, la conexión con los productores locales y la historia detrás de cada plato. Aunque, como señala la profesora “muchas veces no se pueden permitir este tipo de gastronomía desde el punto de vista del poder adquisitivo”.
Estas son algunas de las principales conclusiones que arroja este estudio, que ha sido el más descargado en la plataforma Emerald en todo 2023 y parte de 2024. El artículo tenía como objetivo ver si el interés por la sostenibilidad muy presente en los chicos y chicas ‘Z’, seguía siendo destacable durante sus viajes, algo que parece constatarse.
Redes, pero no tanto
Además las personas nacidas de 1996 en adelante, objeto de este estudio usan las redes para inspirarse de cara a viajar y reservar restaurantes, aunque lo que predomina es el “boca a oreja de gente de su entorno”, señala Orea. Algo también en lo que destaca este grupo generacional es que rechazan es la manipulación a través de las redes, aunque si valoran a los y las ‘influencers’, con una historia detrás, “todo tiene que tener un trasfondo y una ética”, indica la joven investigadora y profesora de la URJC”.
El tener estos criterios a la hora de comer cuando viajan, choca a menudo, como ya se ha mencionado, con su poder adquisitivo, por lo que, según el estudio, ante la imposibilidad de encontrar una oferta que se adecúe a sus gustos frecuentemente deciden cocinar en el apartamento turístico en el que se alojan.
Otro elemento importante es que siempre realizan una búsqueda previa de información sobre los establecimientos y si no encuentran la información necesaria en Internet, deciden no ir a ese restaurante. Si deciden ir tras haber consultado la información, no les gusta que se la repitan cuando están en el local en cuestión.
Alicia Orea, ha querido animar a sus compañeros y compañeras a seguir investigando “este artículo fue rechazado tres veces y lo que hemos conseguido demuestra que un trabajo que obtenga un rechazo puede terminar ganando un premio”, además ha recordado que “la investigación cualitativa ofrece resultados muy interesantes”.
Un trabajo que vuelve a poner de manifiesto la excelencia investigadora de la URJC, ofreciendo puntos de vista innovadores y generando nuevo conocimiento.