“La juventud siente que lo tiene muy difícil, pero aún sigue siendo combativa”

Rosa Márquez de la Orden

El curso de verano ‘La responsabilidad social de la cultura’ ha reunido en la Universidad Rey Juan Carlos a gestores culturales, escritores y artistas para  reflexionar sobre el papel de las fundaciones y el compromiso político de los creadores en el mundo actual. La primera en intervenir ha sido la periodista Pilar del Río, viuda de José Saramago y presidenta de la fundación dedicada al Nobel de Literatura. Del Río ha insistido en que “nunca, bajo ningún concepto, se puede crear una fundación para mirar el ombligo del autor, sino para tratar de cambiar el mundo”. Reconoce que este es un objetivo ambicioso, pero por el que sigue trabajando con ilusión. “La Declaración Universal de los Derechos Humanos es el documento más importante del siglo XX y el más devaluado porque no se cumple. Si la sociedad está muerta veremos a cadáveres corrompidos gobernando, como ciudadanos tenemos que despertar”. La periodista también ha recordado la importancia de preservar el medioambiente, “si no podemos respirar, no podemos vivir”, así como de defender los valores democráticos y el intercambio cultural.

Miguel Ríos, sin embargo, admite que cuando le propusieron crear una fundación no quería ni oír hablar del tema, pero finalmente le convencieron: “porque tengo horror vacui y siempre necesito estar haciendo cosas”, ha bromeado. Según su presidente, Antonio Castro, esta fundación ­tiene una pata cultural, que es la música, y otra social basada en la solidaridad y el compromiso ético del propio cantante. Por su parte, Paco Moreno, ha explicado que para Antonio Gala la fundación que creó fue su proyecto más querido y al que entregó su herencia. “Por eso es nuestro deber preservarla y ayudar así a los jóvenes creadores a abrirse camino en el mundo del arte”.

Tras la mesa redonda se ha abierto un turno de preguntas para que el público pudiera intervenir. Una de las cuestiones que se han debatido es cómo hacer partícipe a la juventud de estos valores. Miguel Ríos ha reconocido que las nuevas generaciones lo tienen difícil, “pero muchísima gente sigue luchando. Si oyes reggaetón, por ponerle nombre al problema, puede parecer que no, pero si escuchas las letras del hip hop verás que hablan de justicia social, de dignidad… Ahí la universidad también tiene un papel fundamental y tiene que ayudar a la juventud a construir con esos mimbres una base social”, ha concluido.