Sello HR4RS
Rosa Márquez
Teresa Perales es un ejemplo de superación. Con 19 años perdió la movilidad de las piernas a causa de una neuropatía, pero lejos de rendirse aprendió natación adaptada y comenzó a entrenar para competir. Desde entonces ha ganado 27 medallas paralímpicas y ha batido diez récords del mundo. “Cuando en 1995 me dijeron que no iba a volver a andar, no imaginé que el camino que iba a recorrer con mi silla de ruedas me llevaría tan lejos. Por eso siempre digo que tus sueños son tu mayor tesoro y depende de ti alimentarlos”. Perales, madrina de honor de esta edición de los Cursos de Verano y encargada de la lección de apertura, habló sobre paso por la universidad: “Estudié fisioterapia y se me dio muy bien. Cuando terminé estaba orgullosa, convencida de que encontraría trabajo rápido, pero recuerdo que fui al Servicio Público de Empleo y me recibió una señora que nada más verme me preguntó cuánto porcentaje de discapacidad tenía y qué no podía hacer. Fue un golpe duro a una edad temprana porque hasta entonces no había pensado en mis limitaciones. Al igual que me pasó a mí, muchos alumnos de esta universidad también se encontrarán con personas que no sabrán ver sus capacidades y, por su falta de experiencia, dudarán de sí mismos. Por suerte yo tuve profesores que creyeron en mí y eso me ha ayudado a conseguir todo lo que me he propuesto en la vida. Hoy tengo claro que lo que me define es mi voluntad, no mi silla de ruedas”.
Junto a Perales, estuvo la vicerrectora, Mercedes del Hoyo, quien recordó que estudiar y trabajar en la universidad es un privilegio: “Lo decimos como un tópico, pero deberíamos repetirlo cada día porque el privilegio es muchas veces una cuestión de azar, una moneda de una sola cara, la de los beneficios. Sin embargo, hay otra cara que tendría que estar grabada a fuego, la de la responsabilidad. Nuestra misión es devolver parte de esos beneficios a la sociedad”. Del Hoyo aprovechó su intervención para dar las gracias a los directores de los cursos de verano por su trabajo. “Muchos son reincidentes y seguro que algunos han pensado «es la última vez que me meto en un lío así», pero se han animado a seguir presentando propuestas y ojalá el año que viene quieran seguir participando”.
El rector, Javier Ramos, también ha tenido unas palabras de agradecimiento para todo el equipo encargado de la organización de los cursos, en especial para su directora, Cristina del Prado, encargada de coordinar una edición que, asegura, es más exigente y pegada a la actualidad que nunca. “La universidad no puede ser una cápsula del tiempo, hermética a lo que sucede a su alrededor. Custodiamos y transmitimos conocimientos, pero tenemos que permitir la entrada de nuevas ideas y estimular el pensamiento crítico”, reflexionó durante su discurso.
El acto terminó con la actuación del Ensamble de Cámara de la URJC, que interpretó cuatro temas a cargo de un quinteto de cuerda formado íntegramente por alumnos de la universidad y dirigido por Gemma Camps. Tras la gala, los asistentes pudieron disfrutar de un vino español en los jardines del campus.
