Nora Fernández Fernández
El pasado mes de febrero, la periodista Laura de Chiclana recibía el Premio APM al Periodista Joven del año 2022. Además, la revista Forbes la incluía en su lista Forbes 30 Under 30 España por la misma razón: el gran trabajo de corresponsal de guerra que lleva desarrollando varios meses desde Ucrania.
Según nos cuenta la joven periodista (28 años), “desde pequeña he querido dedicarme a este tipo de periodismo, siempre ha sido mi sueño. Llevo haciendo periodismo de conflicto desde hace 7 años, cubriendo otros enfrentamientos en otras zonas, pero esta es la primera vez que vivo una guerra a este nivel”.
Graduada en periodismo en su ciudad natal, Sevilla, escogió el Máster en Reporterismo de Televisión de la URJC para seguir formándose, aunque, para ella, “un periodista de verdad se forma en la calle”. “Aunque es necesario aprender unas herramientas de base, necesitas salir a la calle y rodar, porque las bases que se aprenden en el aula cambian en la práctica. Yo, por ejemplo, aprendí muchas cosas en el máster que me faltaron en la carrera y desde aquí, desde Ucrania, recuerdo muchos consejos de profesores que intento aplicar”, señala la joven.
Tras nueve meses en el frente, concretamente en la zona del Donbas, De Chiclana reconoce que hay momentos que se hacen realmente duros: “Mucha gente me dice que lo estaré pasando fatal viendo muertos y heridos, y claro que eso te impacta y te choca, pero lo que más me duele es la gente que dejo atrás cuando yo me muevo a otro lugar, porque yo puedo irme, pero ver cómo los soldados y civiles tienen que quedarse ahí, sufriendo, eso sí es realmente duro”.
Sin embargo, y es esa una de las razones por las que siempre “adoró” este tipo de periodismo, “es apasionante ver con mis propios ojos lo que sucede, formar parte de la historia. Además, es gratificante poder ayudar a mi manera, que es dar voz a aquellos que no la tienen y contar las historias que verdaderamente se están viviendo aquí, relatar la historia de la población, la gente, y que se sepa lo que estas personas viven aquí”.
En condición de freelance, Laura de Chiclana cogió su equipo y decidió ir a Ucrania, “sabiendo lo complicado que iba a ser, dónde me estaba metiendo y consciente de todo lo que estaba dejando atrás”. Hay muchos días que “son muy complicados, tienes sentimientos encontrados y tienes que tener sangre fría y miedo a la vez, porque el miedo es básicamente el instinto de supervivencia alertándote, lo que te hace sobrevivir”.
A pesar de los momentos duros y tristes, de Chiclana “volvería a dar los mismos pasos que me han llevado hasta aquí. En estas situaciones aprendes mucho, te humanizas más todavía, creces como persona, ves la vida de otra manera… No me arrepiento para nada de haber trabajado y seguir trabajando en el frente, porque es lo mío, es mi pasión”.
Galardonada ahora como Periodista Joven del año por la APM, la sevillana recibió la noticia con mucha sorpresa, ya que “hay muchos periodistas que han estado también en Ucrania y nunca me hubiera esperado ser yo quien lo ganase. Yo siempre he seguido mi camino, mi línea, para mí esto es trabajo y estoy muy agradecida de que se hayan fijado en él y de que tenga repercusión, eso es que algo he hecho bien”.
Por último, la joven periodista señala que, como todo, el reporterismo de guerra tiene algo positivo y algo negativo: “lo negativo todos podemos imaginárnoslo, pero lo positivo lo supera con creces. Este tipo de periodismo es vocación pura y dura, independientemente de todo lo malo, este trabajo lleva implícito un sentimiento de empuje que te arrastra a querer hacerlo, que te dice que sí merece la pena”. Por ello, desde Ucrania, Laura de Chiclana asegura que su intención es quedarse allí unos meses más, al menos hasta verano.