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Jueves 28 de Abril de 2022 a las 12:18

'Hygge': Inclusión y diversidad familiar en un juego de cartas

La estudiante de Diseño de la URJC Robin Trayling ha resultado finalista en los Premios Acento G 2021 gracias a su Trabajo Fin de Grado sobre el estudio y la propuesta de un juego de mesa inclusivo y colaborativo.

Alberto Rosa

“Una propuesta creativa de una herramienta inclusiva y accesible que funciona como vehículo para tratar la diversidad familiar”. Así destaca y describe Robin Trayling su juego de mesa ‘Hygge’, el Trabajo Fin de Grado con el que la estudiante de Diseño de la URJC ha resultado finalista en los Premios Acento G 2021 que entrega la revista Gràffica.

“Con este juego pretendo normalizar la diversidad familiar y fomentar la inclusión de personas con alguna discapacidad visual para que puedan disfrutar y jugar en igualdad de condiciones que el resto de participantes”, cuenta Robin Trayling.

La diseñadora asegura que la idea del proyecto parte de su pasión por los juegos de mesa: “Yo juego a muchos juegos de este tipo con familiares y amigos y me daba cuenta de que las personas invidentes no pueden jugar a los mismos juegos que yo si no están adaptados”, explica.

‘Hygge’ es un juego de tipo colaborativo que incluye elementos de adaptación como el uso de colores específicos para facilitar el juego a personas daltónicas, una tipografía con un grado de legibilidad alto, textos con altorrelieve para identificar las letras mediante el tacto y la utilización de lenguaje braille en las cartas.

Además de una propuesta entretenida y educativa, Robin quiso aprovechar ‘Hygge’ como un instrumento para tratar la diversidad familiar: “Es una herramienta inclusiva y accesible con la que dar a conocer, normalizar y visibilizar a esas familias que se salen de los cánones convencionales”, cuenta.

Para Robin “es un honor” que el proyecto haya resultado finalista en los premios porque siente que es un reconocimiento a la solidaridad y el trabajo por crear diseños universales y accesibles que incluyan a todos los colectivos. La estudiante remarca que con un poco de investigación se pueden adaptar los recursos y elementos que favorezcan la inclusión de un mayor número de personas.

“Además, es común pensar que los recursos lúdicos o educativos tienen que ser académicos cuando realmente la mejor manera de aprender, sin importar la edad, es jugando”, concluye.