Alberto Viña
Este pasado fin de semana, el campus de Móstoles congregó a decenas de alumnos de las diferentes universidades públicas de Madrid con motivo del concurso de programación ‘AdaByron’, llamado así en homenaje a la que se considera la primera programadora de la historia.
Se trata de una competición entre equipos de tres alumnos de 1º a 4º (o 5º en caso de dobles grados), y no se hacen distinciones de grados o itinerarios formativos. Los participantes deben resolver en un período de cinco horas el mayor número de problemas que puedan. Existen tres categorías, que dividen a los alumnos de primer, segundo y tercer, cuarto y quinto curso en tres grupos.
Esta edición es la primera que organiza la URJC, y Jesús Sánchez-Oro, profesor de la ETSII, afirma que están contentos con el resultado: “la universidad nos facilitó las infraestructuras, y los miembros del grupo de programación competitiva se volcaron en la preparación. Vinieron unos 15 alumnos como voluntarios”. Su trabajo ha obtenido sus frutos, pues Sánchez-Oro cuenta que “recibimos felicitaciones por la buena organización y funcionamiento del concurso, estamos muy satisfechos”. El año que viene, la URJC volverá a organizar el concurso.
Primeros contactos con el mundo profesional
El concurso ‘AdaByron’ está patrocinado por varias empresas, como Accenture o Thoughtworks, que, además de financiar los premios para los equipos ganadores, buscan nuevos talentos de la programación para incorporarlos a sus filas.
De esta manera, el profesor Sánchez-Oro explica que este concurso no es solo un evento donde los estudiantes pueden competir en lo que más les gusta, sino que puede suponer “un primer acercamiento al mundo profesional o, incluso, que una empresa les contacte para entrar a trabajar con ellos”.