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Martes 23 de Septiembre de 2025 a las 13:56

El IICG se suma a la solicitud de un Pacto de Estado frente a la emergencia climática

El IICG se suma a la solicitud de un Pacto de Estado frente a la emergencia climática El IICG se suma a la solicitud de un Pacto de Estado frente a la emergencia climática

El Instituto de Investigación en Cambio Global de la Universidad Rey Juan Carlos (IICG-URJC) tiene la misión de aportar conocimiento sobre el Cambio Global y la pérdida de Biodiversidad para ayudar a los tomadores de decisiones en cualquier ámbito, desde administraciones a empresas, a diseñar sus actuaciones para paliar esta urgencia.

Redacción

Los incendios forestales que asolan España se suman a una larga lista de dramáticos eventos climáticos, como las inundaciones o las intensas sequías, que sistemáticamente despiertan el horror y las alarmas de toda la ciudadanía. Es por ello que es crítico contar con una estrategia de largo plazo, transversal, basada en la ciencia y en la prevención, para hacer frente a la emergencia climática.

El IICG-URJC se suma a todos los actores que manifiestan la necesidad prioritaria de alcanzar un Pacto de Estado por la emergencia climática. El presidente Pedro Sánchez lo anunció recientemente. Todas y todos en la institución pensamos que es una oportunidad única para abordar la imprescindible acción climática. Un reto ambicioso, solidario y responsable

El Pacto de Estado, aunque necesariamente político, se debe construir desde la ciencia, la cual debe ser el motor en todas sus fases: negociación, redacción, implementación y evaluación. Debe contemplar los riesgos asociados al cambio del clima pero también la pérdida de diversidad y la acción de otros motores de Cambio Global, entre los que el abandono rural es, sin duda, el más dramático en nuestro territorio.

Las medidas del Pacto se deben construir sobre el conocimiento científico. Eso no quiere decir que no haya cabida para la heterodoxia más radical y transformadora, pero siempre desde el pensamiento crítico.

Debe contemplarse de forma prioritaria la mejora sustancial de la financiación de la investigación en todos estos temas.

Reivindicamos la necesidad de que la ciencia esté mucho más presente en la toma de decisiones, no solo en el marco político y administrativo sino en el del resto de actores sociales. No hay casi conexión entre ciencia y política, ni foros estables y dinámicos que permitan la transferencia de conocimiento de forma rápida a los encargados de tomar decisiones.

Es fundamental que el Pacto contemple la necesidad de mejorar y, en la mayor parte de los casos, construir canales de información/formación de la ciudadanía sólidos. Solo se puede ser crítico para abordar este reto con una sociedad culta e informada.  

Necesitamos un Pacto político duradero y estable que contemple medidas muy ambiciosas y bien financiadas que vayan desde la mitigación a la adaptación y que incluyan hitos claros, verificables y medidas en el corto, pero también en el largo plazo.

Hablamos de utilizar la ciencia como elemento vertebrador del Pacto, pero desde una perspectiva integradora y multidisciplinar en la que quepan actores de todo tipo.

Un Pacto que integre la diversidad, no solo biológica sino cultural, de territorios y regiones, de historias, de sensibilidades y que hable con todos los actores sociales.  Las soluciones basadas en la naturaleza harán nuestras ciudades y entornos habitables.

El Pacto debe contar con la naturaleza como aliada prioritaria. La biodiversidad debe ser un eje transversal del Pacto; conservarla, gestionarla con nuevos objetivos y restaurarla es el único camino para enfrentarnos a la emergencia. 

La restauración ecológica es la herramienta básica para poner a la naturaleza como centro de nuestro bienestar. La gestión de los bosques y del resto de ecosistemas debe priorizar la emergencia de estos eventos extremos, incluyendo incendios, sequía e inundaciones. Una nueva agricultura regenerativa debe de ser priorizada en el Pacto para garantizar la salud de nuestro entorno.

Queremos terminar recordando que el IICG-URJC tiene como misión la acción contra el Cambio Global y la Pérdida de Biodiversidad. En ese marco este Pacto de Estado puede ser una herramienta básica, sin embargo, solo podrá ser útil si se basa en la ciencia y si está bien dotado económicamente.