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Viernes 06 de Septiembre de 2024 a las 08:00

Las mordeduras de animales venenosos en España, ¿alarma o solamente precaución?

Hembra de Latrodectus tredecimguttatus, viuda negra europea (Kork~commonswiki) Hembra de Latrodectus tredecimguttatus, viuda negra europea (Kork~commonswiki)

Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos han evaluado, por primera vez en España, la incidencia de los casos que han requerido atención hospitalaria. Los resultados del estudio desmontan la percepción popular sobre la peligrosidad de las arañas y de otros animales terrestres tóxicos.

Redacción / Irene Vega

El estudio surgió de la inquietud de sus autores por contrastar las noticias acerca de la peligrosidad de las arañas y de valorar con datos objetivos la importancia médica de las mordeduras. Fernando Cortés-Fossati y Marcos Méndez, investigadores del Área de Biodiversidad y Conservación de la Universidad Rey Juan Carlos, analizaron los datos del Instituto de Información Sanitaria del Ministerio de Sanidad entre los años 1997-2020 y compararon esas cifras con las debidas a envenenamientos producidos por otros animales terrestres tóxicos como serpientes, himenópteros (abejas y avispas) o escorpiones.

El trabajo se ha publicado recientemente en la revista internacional Journal of Medical Entomology, que lo ha destacado en su portada, y es el primer estudio en España sobre el número de mordeduras de araña necesitadas de atención hospitalaria.

Los resultados de esta investigación desmontan en gran medida la percepción popular sobre la peligrosidad de las arañas y de otros animales. Por cada millón de habitantes españoles, cada año solamente ocurren 1,23 casos de envenenamiento por mordeduras o picaduras de animales tóxicos que conducen a atención hospitalaria, de los cuales la mayoría no son preocupantes. Concretamente, para las arañas se registraron tan solo 59 casos en los 23 años que cubrió el estudio, la mayoría de ellos leves. “Este valor está muy probablemente sobreestimado, pues en muchos casos otro tipo de lesiones son diagnosticadas erróneamente como mordeduras o picaduras de animales”, apunta Fernando Cortés-Fossati. 

Menos comunes aún resultaron los casos letales, que fueron extremadamente raros y limitados especialmente a personas ancianas. Así, únicamente se han registrado 16 casos fatales en los más de 20 años incluidos en el estudio, principalmente producidos por shocks anafilácticos derivados de picaduras de abejas, avispas y especies afines. No se registró ninguna muerte derivada de mordeduras de araña, picaduras de escorpión o ciempiés, y ninguna derivada de serpientes autóctonas.

Los autores señalan que “este trabajo quiere incidir especialmente en la visión que se tiene sobre las arañas. Los resultados ponen de manifiesto la necesidad de concienciar a la ciudadanía acerca de la necesidad de comprender y tenerlas en estima, en vez de temerlas, y de que se debe tomar con mucho sentido crítico la fiabilidad de informaciones sensacionalistas ofrecidas por los medios y las redes. Además de no constituir ningún riesgo serio para la salud de las personas en España, las arañas realizan una labor fundamental como depredadores de insectos, sin la cual la sociedad no podría gozar del estado de bienestar que presenta”.