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Viernes 25 de Octubre de 2024 a las 09:08

¿Cómo y por qué han cambiado las reservas de biosfera de alta montaña?

Foto: Ordesa. Autor: Adrián García Bruzón Foto: Ordesa. Autor: Adrián García Bruzón

Un estudio realizado por investigadores del Grupo de Investigación en Tecnologías para el Análisis y Diagnóstico del Paisaje (TADAT) ha analizado los factores que implican el aumento y disminución de la vegetación en reservas naturales como Ordesa-Viñamala y Sierra Nevada, respectivamente. Los resultados obtenidos podrían emplearse en las políticas de conservación y desarrollo sostenible.

Irene Vega

El calentamiento global está afectando significativamente a los ecosistemas, entre ellos las reservas de la biosfera de alta montaña en España. El estudio de estos espacios protegidos mediante series temporales de índices es escaso y restringe el conocimiento existente sobre las tendencias vegetales en estos entornos.

Científicos del Grupo de Investigación en Tecnologías para el Análisis y Diagnóstico del Paisaje (TADAT) de la URJC han analizado las Reservas de la Biosfera de alta montaña en España (Ordesa-Viñamala y Sierra Nevada), entre 2001 y 2016, empleando técnicas de monitoreo remoto, como el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI).

Los resultados del estudio, publicado en la revista Journal of Environmental Management, muestran diferencias significativas en las tendencias del índice de vegetación (NDVI) entre ambas reservas. Por un lado, Ordesa-Viñamala presentó una mayor cantidad de tendencias positivas en la vegetación, mientras que, en Sierra Nevada, por el contrario, predominaron las tendencias negativas del NDVI. “Las tendencias positivas en Ordesa-Viñamala están relacionadas con un aumento moderado de las temperaturas, que favorece el crecimiento vegetal. El aumento del NDVI es especialmente notorio en las zonas alejadas de los centros poblados y a mayores altitudes, lo que sugiere que estas áreas son menos impactadas por actividades humanas y más beneficiadas por las condiciones climáticas más estables”, explica Patricia Arrogante, investigadora del grupo TADAT y coautora del estudio.

En la reserva de la biosfera de Sierra Nevada, los resultados revelan que el aumento de las temperaturas y la disminución de la precipitación han intensificado las sequías, lo que ha afectado negativamente a la vegetación, especialmente en los humedales y zonas agrícolas. “Las áreas más cercanas a los centros poblados también muestran una mayor disminución de la vegetación, posiblemente debido a la mayor actividad humana”, apunta Adrián García Bruzón, también investigador del grupo TADAT y coautor del estudio. “Estos resultados son importantes porque subrayan cómo los cambios climáticos están afectando de manera diferente a estas reservas, lo que podría requerir estrategias de manejo diferenciadas para cada una”, añade.

Además, el estudio resalta el valor de las herramientas de teledetección y sistemas de información geográfica (SIG) para el monitoreo a largo plazo, lo cual es esencial para priorizar la conservación y el desarrollo sostenible en estas áreas protegidas​. “Este estudio apoya un mejor manejo de los recursos naturales y favorece la creación de políticas que puedan adaptarse a las realidades locales en un escenario de cambio climático”, concluye la investigadora de la URJC.

Nuevas tecnologías para observar las tendencias vegetales

Para llevar a cabo este análisis, primero se tomaron imágenes de satélite que permitieron medir la salud de la vegetación a lo largo del tiempo. Estas imágenes se procesaron con un software especial para limpiar los datos y asegurarse de que fueran precisos, eliminando errores o valores atípicos que pudieran distorsionar los resultados.

Una vez que los datos estaban listos, los investigadores querían saber si la vegetación había aumentado o disminuido en esas reservas. Para ello, aplicaron algunas pruebas estadísticas que les ayudaron a ver si los cambios observados eran significativos. También calcularon cuánto había cambiado la vegetación en cada área mediante el Índice de Vegetación Normalizado (NDVI).

A continuación, el estudio se centró en entender por qué la vegetación había cambiado. “Para ello, analizamos diferentes factores como la temperatura, la disponibilidad de agua, la altitud de las áreas y la distancia de los centros urbanos. Utilizando otros análisis estadísticos, comprobamos si estos factores ambientales estaban relacionados con los cambios en la vegetación”, explica Adrián García Bruzón

En cuanto a las herramientas utilizadas, la información sobre la vegetación provino de imágenes de satélite de alta resolución, mientras que los datos sobre el terreno y el clima se obtuvieron de bases de datos públicas y se procesaron con una plataforma llamada Google Earth Engine, que facilitó el análisis de grandes cantidades de datos climáticos y de suelo.