Nora Fernández Fernández
Venus es el planeta del Sistema Solar más parecido a la Tierra, por su tamaño, composición y propiedades físicas. Sin embargo, su estudio en la segunda mitad del siglo XX reveló que sus condiciones ambientales y su geología difieren de las de la Tierra. Además, el estudio de su superficie mostró que es un planeta con una importante actividad volcánica y tectónica, pero con un estilo muy diferente al de la tectónica de placas que opera en la Tierra.
Modelos de evolución planetaria sugieren que Venus pudo ser habitable en su etapa inicial, incluso antes que la propia Tierra, por lo que entender cómo y cuándo este planeta ha llegado a su estado actual es fundamental para saber qué hace que un planeta sea habitable y cuál es el papel del desarrollo geológico en esta evolución. En la actualidad, la temperatura media de la superficie de Venus es de 460ºC y su presión atmosférica es unas 90 veces la de la Tierra, debido a un efecto invernadero descontrolado.
Según nos cuenta Iván López, profesor de Geodinámica Interna de la URJC, “todo esto ha con vertido a Venus en uno de los objetivos de la estrategia de exploración del Sistema Solar de las principales agencias espaciales para la próxima década”. En los próximos años, se producirá “una nueva etapa en la exploración de Venus tras la selección de tres misiones complementarias al planeta”.
Estas misiones están coordinadas por la Agencia Europea del Espacio (ESA) y la NASA. Cada organismo contará con un comité de 6 expertos que trazarán la ruta a seguir y planificarán las misiones, “con el objetivo de buscar sinergias y nuevos enfoques de investigación”, señala López. Él y otros profesionales de universidades y centros de investigación internacionales formarán el Venus Coordination Group (VesCoor).
Por parte de la ESA, la Agencia llevará a cabo la misión Envision, dedicada al estudio de la atmósfera, la superficie y el interior de Venus. La NASA, por su parte, ha seleccionado dos misiones, VERITAS y DAVINCI, que estudiarán también la atmósfera y la superficie del planeta. La primera de ellas será DAVINCI, programada para el año 2029, y las otras dos se desarrollarán en 2031.
Ante este gran proyecto, “la sospecha principal es que Venus es un planeta geológicamente activo, pero solo se tiene una fotografía del año 91 para comparar cuál ha sido el cambio en estos años”, señala el investigador de la URJC. Principalmente, “estas misiones van a coger imágenes que permitan estudiar la superficie, la geología y observar los cambios, ver si hay volcanes activos y hasta qué punto su evolución ha sido similar a la de la Tierra”.
Aunque cada misión tiene su propio equipo científico, el comité VesCoor intentará combinar los resultados de las tres misiones para obtener el máximo retorno científico posible. “La idea es que en los próximos años vamos a tener mucho trabajo de planificación y ver qué datos podemos recoger en cada expedición”, señala López.
Tras 20 años estudiando Venus, el docente de la URJC reconoce que “ser una de las 12 personas seleccionadas por la ESA y la NASA hace ilusión”. Tras comenzar las reuniones oportunas, el comité irá trabajando en pequeños informes y sugerencias hasta que se aproxime 2029, año en el que comenzarán las misiones al planeta vecino.