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Martes 21 de Diciembre de 2021 a las 07:15

El alumno Andrés García Cuevas, accésit del Premio Adonáis de Poesía

El joven de 22 años ha conseguido el reconocimiento por su poemario ‘Las ciudades’, una obra que ahonda en temáticas como el amor, la muerte y la vida urbana. El estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la URJC es el finalista más joven de esta edición.

Alberto Rosa

Cada día que Andrés pasaba frente a la Biblioteca Nacional, se imaginaba cómo sería el día en que el jurado del Premio Adonáis de Poesía anunciaría los ganadores de la edición de este año, la número 75. Ese día llegó con la buena noticia de que su trabajo y su pasión por la literatura le habían llevado a ser uno de los dos accésits de este prestigioso premio.

Influenciado por figuras literarias como la de Luis Alberto de Cuenca o Jorge Luis Borges, entre otros, Andrés García Cuevas (Murcia, 1999) comienza a interesarse por la literatura cuando finalizaba sus estudios de bachillerato en su ciudad natal. Unos años más tarde, ya en Madrid y gracias a importantes amistades que se cruzan en su camino, cae en el mundo de la poesía y comienza a leer y a escribir versos.

Fruto de esos versos es ‘Las ciudades’, la obra con la que el estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual de la URJC ha conseguido el accésit del Premio Adonáis 2021. El reconocimiento es uno de los galardones de poesía más prestigiosos del mundo, que tiene como objetivo dar voz a poetas emergentes que escriben en lengua española.

El poemario de García está dividido en dos partes: una dedicada al amor en todas sus vertientes, bajo el nombre de ‘La ciudad encendida’; y otra con una temática más oscura, vinculada a la muerte o la ausencia, ‘La ciudad arrasada’. Sobre la concepción de la obra, el poeta explica que no busca reinventar nada y prefiere acogerse a lo tradicional: “A mí lo que me emociona es esa universalidad de los temas. Espacios comunes como el amor y la muerte, temas que determinan la vida de cualquier persona sean de este tiempo u otro"

El joven cuenta que con esta obra también pretende reivindicar la vida urbana. “Muchas veces se tiende a idealizar la vida ascética de estar retirado en el campo o la montaña. No digo que eso esté mal, pero al final yo siempre he vivido en la ciudad y es lo que me gusta”, sostiene.

La imagen y los recursos visuales están muy presentes en su obra. “Hay algún toque cinematográfico en la obra. La imagen ayuda mucho a aportar credibilidad y veracidad al poema, que al final es un pacto de verdad”, explica.

Andrés asegura que la poesía necesita más reivindicación, ya que es una gran “desconocida”. “Realmente pienso que a todo el mundo le gusta la poesía, pero no lo sabe”, apunta. A la pregunta de oro sobre si la poesía puede cambiar las cosas, el joven responde que “sin duda, ayuda a contribuir a ello”. “La poesía da lugar a la empatía, la comprensión y un espacio común en el que la convivencia es mucho más amable”, concluye.