En su estudio, publicado en la revista Perspectives in Plant Ecology, Evolution and Systematics, el equipo de investigador·s ha medido la variabilidad genética de tres especies de plantas características de estos ambientes.
Tal variabilidad ha resultado ser alta, lo que favorece la capacidad del sistema a recuperarse tras perturbaciones. Además, no se han encontrado relaciones entre esta variable y el tamaño o el grado de aislamiento de la mancha de hábitat donde fueron tomadas. Son resultados que sugieren que especies que han evolucionado en ambientes ya fragmentados de forma natural podrían sobreponerse con más facilidad a los efectos de la fragmentación humana de los paisajes.