Un prototipo entre un avión y un cohete, que permitiría vuelos comerciales de pasajeros de Europa a Australia en menos de dos horas, ha sido el proyecto que ha llevado a cinco estudiantes de 4º curso del Grado en Ingeniería Aeroespacial en Vehículos Aeroespaciales a ganar un premio en el Student Aerospace Challenge.
Abel Verard Méndez / Irene Vega
Alondra Solá Molina, Pablo Celemente Marín, Sergio Cuevas del Valle, Daniel Martínez de la Fuente y Ester Velázquez Navarro han sido los cinco estudiantes galardonados con el premio ArianeGroup en la 15º edición del Student Aerospace Challenge, un concurso organizado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y las empresas del sector ArianeGroup y Dassault Aviation, entre otras organizaciones. Su proyecto se ha centrado en el diseño de un vehículo suborbital, es decir, un prototipo entre un avión y un cohete, que sobrepasaría los 100 kilómetros de altitud, pero su trayectoria no llegaría a completar una órbita al planeta. Tras seis meses de duro trabajo, su propuesta de diseño conceptual, que ha combinado distintos aspectos de la ingeniería como aerodinámica o propulsión, ha llevado a estos cinco compañeros de clase a ganar un premio en este prestigioso concurso.
Todos ellos, compañeros de 4º del Grado en Ingeniería Aeroespacial en Vehículos Aeroespaciales, que se imparte en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación (ETSIT), decidieron “a modo de despedida”, presentarse este concurso. Tras el éxito cosechado en esta edición, este grupo, que se hace llamar Team STEINER, ha “encontrado la oportunidad de aprender fuera del ámbito de clase”, señala Alondra Solá. Todo gracias a su proyecto de vehículo suborbital, que “permitiría vuelos comerciales de pasajeros de Europa a Australia en menos de dos horas”. Su propuesta ha sido seleccionada directamente por los representantes de ArianeGroup para recibir su premio.
“Este concurso fue un reto, tanto por la parte técnica de realizar el diseño del vehículo como por parte de trabajar en equipo”. Pero los estudiantes resaltan que el mayor desafío fue “compaginar este proyecto con todas las otras cargas que tenemos de estudios y trabajo”. En este sentido, aseguran que han tenido que dedicarle mucho tiempo al proyecto, así como “pelearse con los programas e intentar encontrar soluciones de compromiso entre todos los componentes”. Además, subrayan que “ha merecido la pena porque valida su trabajo” y han podido poner en práctica todo lo estudiado durante la carrera. “Hemos aprendido un montón y nos ha gustado el realizar este proyecto todos juntos ahora en los últimos meses de la carrera”.
Fundadores de Cosmos, dedicado a apoyar iniciativas de ámbito aeroespacial
Según explica Alondra Solá, los cinco estudiantes que forman parte de STEINER fueron precisamente los que han fundado Cosmos hace ya casi tres años. Esta asociación está destinada a apoyar iniciativas en el ámbito aeroespacial. “Aunque en un primer momento éramos pocos los que conformábamos Cosmos, actualmente hay unos 50 miembros activos, procedentes de varias carreras distintas”.
Su ámbito se centra principalmente en dos ramas. Por un lado, la educación, donde organizan charlas con expertos, cursos de software, tertulias de divulgación STEM, etc. Y, por otro, la de construcción, donde hay equipos dedicados a aeromodelismo, satélites y cohetes. Asimismo, también han organizado congresos aeroespaciales, charlas en colegios y cinefórums, entre otras actividades. Tal y como apunta Alondra: “este año queremos repetir el congreso SpaceCon del año pasado, además de arrancar algunos proyectos de construcción”. Además, otro equipo formado por miembros de Cosmos también participó en esta edición del Student Aerospace Challenge: Arrow Aerospace, quienes propusieron un trabajo espectacular acerca de la estructura del vehículo suborbital.