Diez años estudiando el dolor

Rosa Márquez

El dolor se define como una “experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a una lesión real o potencial”. Sin embargo, mientras que el dolor agudo es algo fisiológico que todo el mundo experimenta en algún momento, el dolor crónico es una enfermedad que afecta a la calidad de vida de los pacientes que la padecen y a las personas de su entorno. Se estima que en España, un 19% de la población sufre esta patología. A pesar de su alto impacto, el acceso a recursos especializados es todavía limitado y la formación de los profesionales sanitarios en esta materia, insuficiente. Para intentar paliar estas carencias, la Universidad Rey Juan Carlos lleva una década dedicando uno de sus cursos de verano a esta enfermedad. En la edición de este año, se aborda el problema de manera interdisciplinar, desde áreas tan diversas como la psicología, la fisioterapia, la farmacología o el deporte.

Sergio Maldonado, director de la Unidad del Dolor del Hospital Marqués de Valdecilla, ha sido el encargado de la conferencia inaugural. Como médico anestesiólogo, acumula una amplia experiencia en este campo, pero además tiene una historia personal que le ha hecho conocer el dolor desde ambos lados: como facultativo y como paciente. En 2020, tras una guardia de 20 horas en plena pandemia, un coche le arrolló cuando regresaba en moto desde el hospital a su domicilio. Aquel accidente, le dejó en silla de ruedas y le provocó varios problemas cardiacos por los que estuvo al borde de la muerte. “Pasé 17 veces por quirófano, tenía que estar desnudo porque no soportaba ni el roce de las sábanas, aún así, el dolor físico se logra controlar con analgésicos, pero el sufrimiento nadie te lo quita”. Lejos de rendirse, Maldonado decidió usar su propia experiencia para ayudar a otros pacientes: “A veces los doctores somos buenos técnicos, pero nos olvidamos de la parte emocional. Hay que humanizar la medicina”.

Como recordó Maldonado durante su ponencia, el dolor es el principal motivo por el que se acude a consulta de atención primaria en España, aunque no siempre tiene un componente físico: “La primea causa es la cefalea, la segunda la lumbalgia y la tercera la ansiedad”.  El COVID no ha hecho más que agravar la situación. “Haber permanecido encerrados en casa ha aumentado un 33% la demanda de asistencia en unidades del dolor. Los más afectados han sido los ancianos, porque no se podían mover, pero también los niños y adolescentes de 10 a 16 años. Estar encerrados en casa tanto tiempo les provocó una ruptura de la conexión con sus amistades, a una edad en la que el contacto es básico”.

Junto con las ponencias de expertos e investigadores, el curso contará con la participación del fotógrafo Eugenio Recuenca, autor de la exposición ‘El dolor que no ves’ y paciente, en varios momentos de su vida, de infección por herpes zóster. Los últimos avances en tecnología, como la inteligencia artificial, la piel electrónica o el metaverso, y sus aplicaciones médicas, también se analizarán durante el curso, que se completará con un taller de escucha y técnica vocal. “Las sesiones están pensadas para ser lo más participativas posibles. Los cursos de verano son para aprender, pero también para disfrutar”, recuerda Carlos Goicoechea, catedrático de Farmacología de la URJC y codirector del curso, junto con el profesor Francisco Gómez Esquer.

‘El dolor en 5 pasos’ se imparte del 3 al 7 de julio en el campus de Alcorcón y está destinado, tanto a estudiantes de ciencias de la salud, como a profesionales de todas las áreas sanitarias, aunque cualquier persona con inquietudes sobre el tema está invitada a participar. El curso es gratuito y está reconocido con 1,75 créditos ECTS.