Laura Susín Ascaso
Dos psicólogos expertos en Intervención Asistida con Animales trabajarán, junto a Happy, el perro de apoyo, con dieciséis pacientes de unos sesenta años. Lo más importante, según el director de la OIAA, Israel González, es que “el animal no sea el protagonista, sino un apoyo para que los profesionales puedan ayudar a los participantes”.
Los terapeutas trabajarán sobre tres niveles: el cognitivo, el físico y el emocional. Se creará un espacio de reflexión para desarrollar el lenguaje, la orientación, el razonamiento y la memoria de los participantes. De esta manera fomentarán el envejecimiento activo y harán su vida lo más saludable posible.
Este programa se prolongará hasta marzo del próximo año. A través de 32 sesiones de una hora cada una, se realizarán actividades para frenar el deterioro cognitivo de personas diagnosticadas de Alzheimer.
Además, se extraerán conclusiones para mejorar estas intervenciones y al mismo tiempo saber de qué manera incide la terapia con animales en personas que intentan hacer frente a enfermedades como esta.