Rosa Márquez
La enseñanza no solo pasa por la palabra y la razón, sino también por el cuerpo, la emoción y la experiencia. A través del movimiento, el arte y la acción, se activa la memoria sensorial, se practica la escucha atenta y se fomenta una presencia consciente. Estas dimensiones, a menudo relegadas en los enfoques pedagógicos tradicionales, son las que aborda este curso, en el que cuerpo y pedagogía se encuentran para descubrir otras formas de enseñar y aprender.
El seminario, dirigido a futuros docentes y a personas interesadas en metodologías innovadoras, combina teoría y práctica en un formato intensivo de dos días, en los que se abordan disciplinas como la danza, el teatro o la creatividad aplicada al entorno educativo. Cada sesión se estructura en dos partes: una introducción teórica y un taller práctico, lo que permite al alumnado experimentar en primera persona las herramientas que después podrán aplicar en sus propias clases.
“El año pasado nos centramos en la dimensión somática y en lo terapéutico de las artes y su pedagogía. En esta segunda edición hemos querido ir un paso más allá, enfocándonos en herramientas concretas que puedan llevarse a las aulas, tanto en primaria como en secundaria o incluso en el ámbito universitario”, explica el profesor de la URJC Rey Montesinos, codirector del curso. “El perfil de los participantes es variado: hay mayoritariamente estudiantes de Educación Infantil y Primaria, pero también personas vinculadas al ámbito artístico, para quienes descubrir el cuerpo como canal de aprendizaje supone entrar en un universo nuevo”, añade.
Este curso no solo ofrece un enfoque pedagógico alternativo, sino que también promueve una reflexión crítica sobre cómo se enseña y cómo se aprende, incorporando al cuerpo como protagonista. La experiencia permite a los y las participantes reconectar con lo expresivo, lo emocional y lo creativo, rompiendo con los límites tradicionales de la enseñanza más academicista.