Alberto Gómez
Son muchos los profesores que año a año se incorporan a la Universidad Rey Juan Carlos para desempeñar sus funciones. Hay veces que después de que los docentes se integren a la Universidad, tienen poco tiempo de conocer cómo realizar sus actividades o cómo manejar la relación con los estudiantes. Muchos de ellos, deben aprender en tiempo reducido los procedimientos y desempeños para realizar su actividad académica.
Para minimizar este problema y que los profesores se adapten a la Comunidad Universitaria desde el minuto cero, la URJC ha creado el “Programa Mentoring Profesorado: Como ser un buen mentor”. Durante los días 23 y 24 de marzo, 88 profesores han participado en estas sesiones cuyo equipo docente está formado por: Raquel Herrera, Diana Benito, Raquel Montes, Mercedes Martin López y Carmen De la Calle.
La propia Carmen De la Calle, Directora de Ordenación Académica, nos comenta que “contar con la visión de profesionales y expertos en el área de Mentoring ha sido una gran oportunidad para los futuros mentores de la URJC que han podido conocer de profesionales expertos, las ventajas de esta herramienta de Recursos Humanos”. Estos profesionales han sido Antonio Vega, líder en el sector de Mentoring y Coaching; Joaquín Álvarez Serrano, en calidad de mentor y Pilar Rodríguez Morales, que cuenta su experiencia como mentee o mentorizada.
El curso se ha estructurado en tres partes diferentes. En la primera parte, los participantes han recibido un análisis sobre que es el mentoring, el rol del mentor y qué beneficios tiene esta metodología. Más tarde se han explicado habilidades necesarias para ser un buen profesional y se realiza una actividad dinámica para reflexionar sobre la motivación que ha llevado a los docentes a querer ser mentor. Para terminar, se ha realizado una actividad dinámica para reflexionar sobre qué sabe y no se sabe de la URJC, para posteriormente dar a conocer los aspectos relevantes con los que cuenta la Universidad.
“La Universidad en su conjunto se ve favorecida con el programa ya que: se facilita la implantación de una cultura abierta y acogedora que anima a todos los docentes a mejorar la universidad, se potencia el compañerismo y se genera un mayor compromiso con la institución, tanto por parte del mentee como del mentor”, afirma Carmen de la Calle.