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Viernes 16 de Marzo de 2018 a las 12:03

El mejor amigo del hombre, contra los trastornos alimenticios

A partir de hoy, el Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid incorpora perros en terapias para el tratamiento de los trastornos de la alimentación. La actividad, compuesta por 18 sesiones, cuenta con la colaboración de la Oficina de Intervención Asistida con Animales (OIAA) de la URJC y el patrocinio de Purina España.

Laura Susín Ascaso

Casi 200.000 menores padecen Trastornos de la Conducta Alimenticia (TCA) en España. La anorexia o la bulimia son las enfermedades más comunes que van de la mano de la edad adolescente, llegando incluso a hacerse crónica en el 20% de los casos.

Esta actividad, impulsada por la OIAA y el Hospital Universitario Niño Jesús, pretende ser de ayuda para jóvenes de entre 13 y 17 años que siguen su tratamiento en la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (UTCA) del centro. El proyecto se divide en dos fases, cada una de ellas compuesta por 18 sesiones que se celebrarán todos los viernes. La primera comenzará a las 15:00 horas de esta misma tarde y se prolongará hasta el mes de julio. Con los resultados obtenidos, se lanzará una segunda tanda de jornadas a partir de septiembre.

PERRETES 2

El director de la Oficina de Intervenciones Asistidas con Animales de la URJC, Israel González, explica que “en estas terapias, el perro asiste al profesional para llegar a conseguir una serie de objetivos”. Con la colaboración de dos perros, un border collie y una chihuahua, “seleccionados y entrenados para ello” intentarán reforzar la autoestima de los adolescentes afectados, disminuir la ansiedad, los síntomas depresivos y promoverán su sentimiento de responsabilidad, entre otros propósitos. Al mismo tiempo, González confía en que el cambio del rol de los pacientes “de ser cuidados a ser cuidadores de estos animales”, sea positivo.

Desde el departamento de psiquiatría del hospital apuntan que “a través de este estudio se evaluará la eficacia, la satisfacción de los menores y de sus familias”. Posteriormente, los jóvenes pacientes se someterán a unos test psicométricos con los que se comprobará si se han cumplido los objetivos previstos.