Irene Vega
La gestión emocional consiste en saber identificar qué emoción se siente cuando se experimenta rabia, tristeza, alegría o miedo, entre otras. Pero en muchas ocasiones, su manejo no es sencillo, sobre todo cuando no se está preparado para ello, como puede ser en el caso de los niños y adolescentes.
Un equipo de investigadores, formado por neuropsicólogos y terapeutas ocupacionales de la Facultad de Ciencias de la Salud (FCS), ha organizado los “Talleres de gestión y manejo emocional”, dirigidos a estudiantes desde 5º de primaria hasta 2º de ESO. Los participantes, guiados por este grupo multidisciplinar, han adquirido pautas para desarrollar un mayor autoconocimiento y aprendizaje a la hora de enfrentarse a desafíos emocionales con confianza. “No todos reaccionamos igual ante la misma situación, por lo que nuestras necesidades pueden ser diferentes. Hay que aprender a parar, pensar y actuar de acuerdo con el mensaje de las emociones”, señala Margarita Cigarán Méndez, profesora de Psicología la FCS y coordinadora de los talleres y del grupo de investigadores formado por Ginés Fernández Palacios, Ángela Tejera Alonso y Juan Carlos Pacho Hernández.
En el caso de los niños y adolescentes, tal y como apunta la profesora Cigarán, el principal sentimiento con el que se encuentran es el desbordamiento emocional: “Este aparece cuando la emoción es muy fuerte y actuamos antes de pensar en lo que pasa, lo que siento realmente y las consecuencias”.
Para comprender y canalizar estas emociones, en los talleres celebrados, se han dado a conocer herramientas prácticas con el objetivo de fortalecer habilidades clave como la empatía, la resiliencia y la toma de decisiones. “Hemos utilizado diferentes técnicas de relajación ampliamente utilizadas en el ámbito clínico como la técnica del semáforo (paro-pienso-actúo) y una versión abreviada de la relajación progresiva de Jacobson, complementada con una rueda emocional, la cual sirve para identificar un amplio espectro de sentimientos”, explica la profesora de la URJC. “La técnica de Jacobson se basa en la relación entre tensión muscular y los estados psicológicos de nerviosismo o alta actividad mental. Reduciendo al máximo el tono muscular, desactivando así los músculos, se puede conseguir desactivar también el sistema nervioso, lo que conlleva una posterior sensación de calma y tranquilidad”, añade.
En total, han participado cinco centros educativos y se ha contado con una asistencia de cerca de 350 estudiantes. “Creemos que todos los grupos que han pasado han tenido un gran aprovechamiento del taller. Esta idea nos ha sido mostrada gracias a la valoración positiva que hemos recibido in situ por parte de los alumnos y de los profesores que han disfrutado del curso”, concluye Cigarán.
Esta iniciativa forma parte del programa anual de actividades de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+I), del Vicerrectorado de Investigación, Innovación y Transferencia, y ha contado con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) – Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.